Esta semana fue especial, tuve dos días libres en el trabajo y decidimos irnos a la playa, la pasamos rico, descansamos y compartimos con mi cuñado y su esposa, no pensaba colgar nada en el blog esta semana, pero paso algo especial para mí.
El día que fuimos a la playa nos dimos cuenta que estaba inundada de chipi-chipis y guacucos, Diego estaba como loco descubriendo estos animalitos que le parecían muy simpáticos, jugando con el, empezamos a recogerlos para ver los colores, como se asomaban de sus conchitas y entre una cosa y otra nos emocionamos y los empezamos a pescar en serio, lo que me hizo acordar que hacíamos lo mismo cuando era niña con mi papá, a él le encantaba llevarnos a caminar largos paseos por la playa a mi hermana y a mí, nos parábamos a cada rato observando un huequito de un cangrejo, un erizo, una estrellita de mar, a recoger conchitas para hacer collares.
Las histórias se repiten y muchos años después, me veo en lo mismo con Diego y Danilo, estuvimos un largo rato riéndonos y comparando tamaños de guacucos, haciendo competencia de quin agarraba más, en fin uno de esos momentos Kodak para atesorar en el corazón.
Al final de esta aventura nos vimos en la necesidad de ver que íbamos a hacer con ellos, por supuesto que llame a mi mama para que me diera luz y nos decidimos por una cremita de guacucos, por otro lado a mi cuñado le llevaron un Pargo pescado de la mañana y me pidió (suplico) que le hiciera ceviche, en resumen llegamos de la playa a cocinar, oir musiquita, tomarnos una Vodka Tonic, y luego para acompañar la comida, Champañita helada…..
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